Amal es como ese silencio que se produce, cuando pones la aguja del tocadisco en el surco de inicio del circulo de acetato; estado del sonido que va evolucionando a un ruido blanco casi imperceptible, pero que te prepara para la grandeza de ese primer track que se avecina, furtivamente, pero sin ningún afán de detenerse en ninguna expectación.
De ritmo calmado, se dedica a observar su alrededor en fracciones de segundos, como si calculara en silencio todas las opciones posibles. Pero cuando se enfoca, su verbo no tiene ningún freno y se desborda en una conversación sin limites, sin fronteras. Hablar con ella, por mucho, es una de las mejores experiencias que alguien pudiera tener,
Ella lleva su alma en sus pasos, y su andar parece enmarcado en las mitológicas zapatillas de Hermes. No pierde el tiempo con el pasado, se centra en su presente y calcula cada línea que la llevará al futuro que planifica.
Bajo el signo de acuario, nacida en Barinas en Venezuela y con un patronómico completo de Amal Karina Nemer Irched, sugiere que si su vida fuera un libro, debería llamarse «arriba y abajo» por los constantes altibajos que sortea y los diferentes cambios que se reflejan en sus emociones; eso si, sin vacilar, sin detenerse.

Desde pequeña siempre le gustó el reconocimiento. con un gusto inconmensurable por transmitir y ha encontrado en el arte muchas cosas, desde una capsula en el tiempo hasta un terreno de construcción, donde puede hacer hermosos rascacielos para que todo el mundo que quiera, pueda disfrutarlos.
Y en una ciudad como Miami, donde la mayoría de las palabras son una especie de cansancio, ella reviste sus sílabas de júbilo, de alegría y de porvenir; con sus pensamientos creativo se ha edificado como dibujante, cantante, productora musical, modelo y DJ.
Aunque le gusta tener el control de muchas cosas, es muy buena, tomando riesgos y asumiendo caminos que la pueden llevar a lugares que nunca se imaginó, como es el caso de su profesión actual.
Para ella la música corre por sus venas y es un tesoro invaluable; y sin perder un destello en su mirada, comentó que la pandemia, fue una especie de disparo de salida y la sacó de la comodidad de su hogar, hacia las calles, con un nuevo arte que explotar, se las jugó todas y ahora es una de las DJ más solicitadas en las noches de Miami.
Si su existencia tuviera algún paralelismo con una canción sería «Unwritten» de Natasha Bedingfield; ignora de manera casi deportiva todas las críticas destructivas; no tiene tatuajes, ni piensa hacerse uno; asegura que su animal favorito es el tigre y confiesa sin miramientos, que su mayor miedo es al fracaso.
Como DJ nos indica que cada toque es una ruleta rusa, no sabes que circunstancias pueden acontecer, desde alguien que derrama un trago sobre los equipos hasta cualquier desperfecto en las herramientas que usa en su trabajo, sin embargo, dejo claro que cada situación la ha sabido superar y salir adelante en medio de su presentación.

Si tuviera un super poder sería el mismo del antagonista de Jessica Jones, Kilgrave: se identifica con el mar; si alguien le preguntará que tipo de monumento le gustaría en su honor, ella respondería que una corona de color azul; entre sus manías figura no usar la papelera de la cocina porque es muy grande y es algo complicada de llenar de manera rápida.
Si su vida fuera llevada al cine, quisiera que Anne Hattaway fuese la actriz que la interpretará; entre sus ciudades favoritas figura Barquisimeto y sus atardeceres; le gusta tener vacaciones junto a la persona que capte su corazón y con sus amigos al mismo tiempo; le gusta tener un poco de todo en sus viajes.
Si se disfrazará de fantasía en este Halloween, sería un ángel endemoniado; ama sus ojos; especifica que sus estadísticas personales han sido más las veces que ha hecho llorar a alguien, que otra persona le ha hecho derramar sus lágrimas; no pierde tiempo odiando a la gente y en su vida no puede faltar el mate.
Le gusta cambiar vidas; se considera leal; su libro favorito es «El Club de las 5 de la mañana» y sus películas favoritas son «Rocky» y «La Laguna Azul»; le gusta que la gente use sus expresiones y adopte como suyas sus ocurrencias; la han robado una sola vez en la vida; huye de quienes hablan mal de otras personas; y le gusta coleccionar corazones.
Amal es como una sinfonía perfecta, cada movimiento, cada gesto, es como si pudiera producir música invisible y partituras escondidas en el aire que respira. Observarla es cómo ver a una orquesta completa, por que cada parte de ella es arte y cuando se mezclan, hacen magia, se vuelve inolvidable y eterna.
