Dwhight Molina cambia vidas con su próposito y con Dios de la mano.

Dwhight Molina ha sido un inmigrante venezolano, que con el pasar del tiempo, quien, gracias a su fe y su propósito, ha logrado cimentar el camino de miles de personas, que como él, decidieron salir de su país y llegar a la tierra de las oportunidades.

Juan Pablo Valero

La historia de Dwhight, pudo ser como una de muchas que se pierden en las infinitas calles de la capital del mundo; pudo ser una vivencia de supervivencia y triunfo de un inmigrante venezolano en los Estados Unidos, que sería contada en las salas de las casas de sus seres queridos; sin embargo, Dios, hizo su acto de presencia en un momento de profunda cavilación y lo ayudó a ver una salida, que evolucionaría su experiencia personal a la luz al final del túnel de muchas personas, en un antes y después, en un borrón y en una cuenta nueva.

Antes de ser el Dwhight Molina escritor de un libro llamado «Así prospera un inmigrante» y convertirse en una referencia en el tema de migración a nivel mundial; el vivió su propio cuento, cuando decidió salir de su Caracas natal y despedirse de su Ávila y de las cosas que construyeron su zona de confort, en la capital de su país, Venezuela.

Esta persona nacida en noviembre de 1982, a pesar de contar con experiencias exitosas en su trabajo en su lugar de nacimiento, sintió la necesidad de probar suerte en una nación diferente a la suya, hizo sus maletas y agarró un vuelo a la ciudad de Nueva York, donde se consiguió con dos grandes muros a vencer, el primero era el idioma y el segundo era que las cosas que le pintaron no eran como el creía, cosa que es habitual en las historias de muchas personas que al viajar a otros países, se dan cuenta, una vez en el lugar, que las cosas no eran como le dijeron.

En primera instancia, se enfrentó a la realidad que el pensaba que hablaba bien inglés, pero al llegar a las calles de la gran manzana, se enfrentó con un universo de expresiones que él no conocía en lo absoluto y luego estaba el hecho de que el negocio en ventas que le habían ofrecido, tan sólo era una venta de ollas de puerta en puerta y días después, sin vender uno de sus productos, aún en proceso de adaptación, se enfrentaba a uno de los más grandes fantasmas de los inmigrantes, el fracaso.

Uno es del tamaño del compromiso que la vida le presenta y el llevado por su fe y creencia en Dios, estaba seguro, que lejos de ser un contratiempo, era una prueba que lo llevaría a lo que es hoy en día y se dijo así mismo la frase que repite constantemente a quienes están en el proceso de inmigración en los Estados Unidos «No te rindas».

Una de las principales razones, por las cuales, no tomo sus maletas y se regresó a la ciudad donde vino, fue sentir que había fallado y darle la razón a quienes apostaron a su fracaso; conversó con Dios y gracias a ello descubrió que las señalaban que debía cambiar de escenario, pero dentro de los Estados Unidos y cambió los rascacielos, por la población donde el sol sale siempre para todos. Miami.

Luego de un retiro espiritual, de aferrarse a su fe, encontró respuestas a sus preguntas; el debía ayudar a muchas personas a establecerse legalmente en Estados Unidos. Partió de lo que tenía alrededor, amigos que estaban luchando por su bienestar sin la documentación adecuada y desde la sala de su casa, emprendió su labor y comenzó a desenredar los caminos de varias personas que pusieron el futuro en sus manos,

De la sala de su inmueble, saltó a una oficina en la ciudad de Hialeah y de ahí sus pasos no dejaron de ir hacia el porvenir, lo que comenzó como un llamado divino, ya era una realidad concreta con sucursales en la ciudad donde comenzó todo, en Orlando, en países como Cánada y Colombia; incluso en el mismo lugar que lo vio partir hace ya varios años atrás.

Cuando le tocó hablar sobre algunos casos especiales que han pasado por sus manos dijo la siguiente frase «las bendiciones, no añaden tristezas», y relató dos casos que alberga con cariño en su corazón; el primero de ellos es cuando pudo ayudar a un hondureño a reencontrarse con su hija, a quien tenía 15 años sin poder verla; y, cuando tomó el caso de una persona que había sido engañada en el proceso y sin cobrarle nada, tomó su caso y hoy por hoy esa persona montó uno de los restaurantes más exitosos en la ciudad de Miami.

Explicó que los ciudadanos estadounidenses, le gusta tener en sus empresas trabajadores venezolanos, porque en primera instancia son personas estudiadas, con una enorme capacidad de reinventarse increíbles y para ellos no hay punto de retorno, por esa misma razón, dan el todo por el todo,

Un consejo que da a quienes están en Estados Unidos y en cualquier otro país del planeta es entender que un árbol no da frutos, si sus raíces están plantadas en otro lugar. Hay que desconectarse del punto de origen y comenzar a crear cimientos en el lugar donde se encuentran, escenario de su presente y eventualmente su futuro. A su juicio hay que abrazar la cultura del país donde están, eso no los hace malas personas, ni es ninguna ofensa al país que les dio el nacer.

En su caso, reconoce que ama la gastronomía bien variada que tiene los Estados Unidos e incluso se detiene en las carreteras cuando viaje a probar los sabores de los platos de carne que se consiguen en sitios con ahumadores portátiles. También le gusta la posibilidad que en una ciudad como Miami, puede conectarse con la cultura de personas que vienen de todas partes del mundo.

Si su vida fuera un libro, se llamaría «no te rindas», que ha sido una frase que ha sido su timón en medio de las tempestades que ha pasado en su vida y gracias a ella ha sabido transmitirle a miles de personas con quien ha conversado, un poco de fe y restablecer la conexión con lo espiritual de múltiples personas que han perdido el rumbo en el proceso de cambiar de país.

Comenta que ha recibido comentarios de personas que le han contado como han encontrado en sus palabras alternativas a ideas suicidas. Eso lo llena de satisfacción, porque va construyendo su legado y espera que cuando no esté en este plano, las cosas se sigan haciendo como el las viene haciendo.

Para él no puede faltar la presencia de Dios y él se encomienda a su sabiduría día tras día e invita las personas a no descarrilarse en su fe, que nunca pierdan las ganas se seguir adelante y que sin importar lo que suceda, nunca en la vida, uno debe bajar los ánimos y rendirse.

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