Mortal Kombat una película que se cocina a fuego lento

Lejos de lo que muchos se imaginan, esta película se toma las cosas con calma y no pone el pie en el acelerador, incluso su salida inicial no cuenta como protagonista a uno de sus emblemáticos personajes, sino por el contrario, uno que nunca ha salido en un juego.

Por Juan Pablo Valero

Regresó Mortal Kombat a la gran pantalla, pero para muchos fue una alegría un tanto agridulce, porque sus personajes favoritos no fueron reflejados en esta entrega y de hecho usaron muy pocos, pero con la intención bien clara de hacer de esto una franquicia a largo plazo.

En Mortal Kombat no quieren hacer lo mismo del lanzamiento de éxito que fue la película de 1995, que marcó una buena sensación entre sus fanáticos, pero que en sus secuelas fue perdiendo todo lo espectacular, hasta quedar en el olvido.

Esta película deja muchas cosas que deber, pero es su intención desde el inicio, es como la primera Batman de Nolan, que dejó ese aire de necesidad de otra entrega y ahí vino el Caballero de la Noche, que pulverizó la taquilla.

En este Mortal Kombat, las cosas no arrancan, pero comienza a contarse la historia desde el pasado y dejan la puerta abierta para ir hacia cualquier parte del tiempo, desde los otros torneos del pasado hasta el campeonato que comenzó la saga de vídeos juegos más famosas de todos los tiempos, pero que en este filme ni se toca, dejando claro que vienen muchas mejores cosas en una segunda parte.

Este filme nos presenta a una Sonya Blade que apenas está comenzando su andar por este torneo, y de hecho, ni siquiera estaba convocada para el mismo y a un Jax, que comienza su camino con sus prótesis mecánicas.

Tenemos un Lui Kang, en figura de maestro, ya que es el más avanzado de todo el grupo y el que se perfila como líder de una serie de campeones de la tierra; por supuesto al siempre infravalorado Kano, que por lo general se lleva todos los platos rotos en cualquiera de las películas donde participa.

Con un personaje llamado Cole Young, descendiente de Escorpio, se inicia la historia, de alguna manera este personaje va armando al equipo de luchadores que conocemos y que veremos en la ya segura, segunda parte de esta saga. Se supone que el mismo puede evolucionar y adoptar algún personaje conocido, pero en este momento, es netamente un personaje nuevo dentro de la saga.

Esta película tiene muchos elementos valorables, por ejemplo la poca censura con que se arman sus conflictos de pelea, lo cuál trae al espectador una recreación de lo que por lo general ve en el juego e incluso el uso de las frases eternas del juego en los momentos más precisos, harán de los fanáticos, personas felices, así sea por menos de cinco segundos.

Lo malo, es la velocidad, es muy lenta esta película y se centra en la excusa de contar algo que al final no queda del todo bien explicado, como es el caso de los torneos, de los reinos que participan y la complejidad de los planes de Shang Tsung. Posiblemente más metraje para la evolución infernal de Escorpio y su gélida rivalidad con Sub Zero, hubiera valido más la pena.

A Sub Zero no se le hace justicia, porque no hay una historia de respaldo a su personaje y a Escorpio a pesar de que todo se centra en él, tampoco se le hace ley, ya que no se explica las razones de su resurgimiento desde el infierno y como pudo haber llegado ahí en primer lugar.

Esta película funciona para mi a un 60 por ciento y ayuda para marcar una partida dentro del Universo de Mortal Kombat, como han sido otros experimentos como el de Batman, King Kong, que han funcionado para ir despertando el interés, sin quemar todos los cartuchos, cosa que es extraña en un Hollywood necesitado de éxitos numerosos en taquilla.

Es una buena película para entretenerte, pero que sólo sirve para dejarte algo claro, la saga de Mortal Kombat aún no comienza, pero debería hacerlo en la próxima película, es como dejarte con las ganas y no darte gran cosa para que esperes por ella.

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