Queridos lectores, hoy vengo a contarles una historia que podría titularse «Un Fraude de Rosado en Nueva York», una experiencia que me hizo preguntarme si el universo tiene un particular sentido del humor negro.
Todo comenzó cuando vi a un ejército de influencers de todas partes del mundo promocionando el tan alabado «Tea Around Town» en Nueva York. Sus vídeos mostraban una experiencia digna de la realeza: un mar de rosado, gastronomía celestial, música en vivo y servicio de té y café de ensueño. Pensé que sería el regalo perfecto para sorprender a una amiga. Pero, amigos míos, el único sorprendido fui yo.

Primero, hablemos de los precios. Este tour es tan caro que al ver la factura, me sentí como si me hubieran cobrado por la gasolina del avión que no existe. ¿Por qué no lo llaman «servicios varios»? Después de todo, cuando compré un pasaje de Miami a Nueva York, nadie me dijo: «Señor pasajero, prepárese para pagar la gasolina del avión». Eso es obvio, ¿verdad? En cualquier actividad que incluye traslado, eso debería estar incluido.
Mi primer error fue pensar que la experiencia estaría igual de bien de día que de noche. Y aunque solo puedo basarme en mi experiencia, lo que viví esa noche de agosto fue un auténtico desastre. Llegar al punto de partida del autobús, nos llevó por una mala deducción de nosotros, a otro lugar que parecía más destinado a repostar combustible que a iniciar un tour de té, donde el personal estaba claramente preparándose para el siguiente tour. Los trabajadores, con caras de extrema fatiga, nos indicaron amablemente el punto de inicio y prometieron que estarían allí en breve. Pero en el lugar señalado, ni rastro de un representante de la empresa Top View, y el autobús se retrasó notablemente.
Intenté comunicarme con la empresa, pero estaba claro que no estaban disponibles en el mundo digital ni en el telefónico. Al parecer, responder a los clientes que preguntaban sobre un retraso de media hora no estaba en su agenda. Si un cliente llegara tarde, perdería el autobús, pero si es el autobús el que llega tarde, ¿por qué molestarse en pedir disculpas? Su actitud, aunque amable, parecía más de «hágamos rápido el último tour de la noche y vámonos a casa».
Y ahora, hablemos de la comida. La descripción del servicio se esmeraba en dar explicaciones sofisticadas sobre el «menú». Pero cuando subimos al autobús y vimos lo que nos ofrecían, nos encontramos con una bandeja de entremeses que parecían haber estado allí durante días esperando que alguien les prestara atención. ¡Y ni rastro de café! Así que tuve que conformarme con el té, que resultó ser más normal que ver a una paloma en Central Park.
Lo único destacable fue la persona que cantó algunas canciones clásicas al estilo de Frank Sinatra. Pero como era de noche, al apagar las luces del autobús, la experiencia rosa se convirtió en la de cualquier bus nocturno. ¡Vaya, qué cambio!
En mi humilde opinión, este servicio no vale ni la mitad de lo que cuesta. Mi consejo es que use otros medios de transporte para conocer Nueva York; le saldrá más económico y la experiencia será prácticamente la misma, especialmente si lo hace de noche. Siento una profunda pena por la persona a la que invite pues se sometió a una experiencia que estuvo muy por debajo de las expectativas que venden en sus redes sociales con la ayuda de «influencers».

Y finalmente, me siento molesto conmigo mismo por no haber visto las señales claras de que este tour no valía la pena. No se trata solo de dinero, se trata de ofrecer una experiencia digna de recordar. Lamentablemente, lo que obtuve fue un auténtico «fraude rosado» en la ciudad de Nueva York. ¡Qué emocionante!