En la gran tela de la existencia, donde cada hilo es una historia, resalta brillante y colorido el hilo de Zoemar Granados. Nacida en el alba del mes de junio, el día primero, como la suave luz que rompe el abrazo de la noche, Zoemar se dibuja en la vida como un personaje que combina en su esencia la dualidad de lo terrenal y lo celestial, lo tangible y lo intangible, lo científico y lo poético.
Doctora de profesión, Zoemar ejerce con la delicadeza de un viento primaveral y la precisión de un maestro orfebre. Con el espíritu etéreo y ligero de las mariposas, se desplaza por los corredores de la ciencia y la salud, brindando con cada acto una dosis de esperanza, una caricia de alivio, un bálsamo para las heridas del cuerpo y del alma.
Es Zoemar una mujer de palabras y de silencios, de risas y de reflexiones, de momentos de quietud y de ráfagas de actividad. Es en esa dualidad donde encuentra su equilibrio, donde la doctora se convierte en poeta y la poeta en doctora. En su mente, las ideas danzan como estrellas en un cielo de tinta y papel, brillando con intensidad y llenando cada rincón de su existencia con el resplandor de su pensamiento.

Ama Zoemar las cosas sencillas de la vida, esas que a menudo se toman por sentado pero que esconden la verdadera esencia de la existencia. Una buena conversación, donde las palabras se entrelazan y los pensamientos se revelan; escribir poesía, ese acto íntimo de dar forma a las emociones y plasmarlas en el papel; una buena copa de vino, ese líquido terciopelo que acaricia el paladar y despierta los sentidos; una comida bien preparada, esa danza de sabores que celebra la vida en cada bocado.

Las salidas con sus amigas son para Zoemar un oasis de risas y complicidades, de confidencias compartidas y de recuerdos que se forjan en el crisol del afecto y la camaradería. Y es en la tarde tranquila con su familia donde encuentra su centro, su refugio, su hogar. Es en esos momentos de simpleza y amor donde Zoemar se convierte en un espejo que refleja la belleza y la dicha de estar viva.
Zoemar Granados, nacida en el primer día de junio, es un crisol donde convergen la ciencia y la poesía, la realidad y los sueños, la sabiduría y la emoción. Como una joya multifacética, brilla con luz propia en el vasto cosmos de la existencia, aportando su calor, su luz y su belleza a un mundo que tanto lo necesita. Tal es la mujer que es Zoemar, una joya única en el universo de la vida.
1 comentario
Añade el tuyoGracias por ese maravilloso escrito poético, para ese hermoso ser que es, Zoemar Yarubi Granados Méndez .
Es increíble lo bien que la describe, plasma sus dones, gustos y su centro de paz, la dualidad perfecta de su personalidad que la hace un ser súper especial